sábado, 22 de noviembre de 2008

2008 nuevo director en el CCH. La politica Educativa se cambia

¿ ES UNA NUEVA POLITICA ?

El maestro en Ciencias Victor Esteban Diaz Garces toma el poder o por decirlo del plantel del CCH Naucalpan dando un giro enorme en el Colegio.


Las instalaciones del plantel se remodelaron, pintando cada una de las aulas de clases, las rejas de la escuela, barandales.


La institucion se encuentra en un buen estado fisico ya que los sanitarios se encuentran limpios , aseados y en perfectas condiciones , las aulas de clase de igual forma son aseadas cada que un grupo se retira cuentan con pizarron multimedia, un cañon por cada aula, televisiòn.


Las paredes de la escuela no se encuentran pintadas, como anteriormente se veian .



Fuera de la escuela se a comentado con alumnos del CCH que el ambiente ya no es tan pesado como se imaginaban despues de todo lo ocurrido con la ex directora. Se puede estar en paz comentan los alumnos fuera y dentro del CCH ya que talvez no allan acabado con los porros y pueda que aun existan y esten en el plantel pero ya no somos violentados , acosados, robados por ellos.


Se han impartido curso de sexualidad para alumnos de primer semestre , pidiendo apoyo a la FES Acatlàn con los alumnos de pedagogìa de 7 semestre de la materia de Orientaciòn Sexual, el director asistio a la bienvenida de los talleres agradeciendo a cada uno de los cordinadores, ofreciendo un desayuno cada sàbado que ellos se presentaran.


Los alumnos del plantel comentan que el CCH a mejorado tanto en su inmobiliario como la estancia en el ya que se sienten seguros y comentan que tal vez el director no lleve mucho tiempo en el manejo de la direccion pero que realmente en el poco tiempo se ha visto una mejoria en la instituciòn.


Angèlica Galnares Campos, Sus politicas educativas....






Durante los años 2000 al 2008 aproximadamente, la directora Angelica Galnares Campos se apodero de la direccion del CCH Naucalpan poniendose en reeleccion, llevando al CCH a una nueva historia.








Siempre se supo del porrismo en la UNAM pero Angelica Galnares apoyo incondisionalmente a estos supuestos "estudiantes", se expulsaron a muchos de ellos por agredir a estudiantes, a los que despojaban de sus pertenencias con lujo de violencia, llegando a lesionar a sus víctimas, reconoció el secretario general del CCH.
En tanto un numeroso grupo de estudiantes y profesores de esta escuela se manifestaron en rechazo a la agrupación porril FEN, y reiteraron su desacuerdo con la reelección de Angélica Galnarez como directora de este colegio, a la que acusan de solapar porros.
Esto fue rechazado por el secretario general, quien reiteró que la expulsión de más de 30 porros de la UNAM es la mejor muestra de que no se les solapa.
No obstante estudiantes y profesores dicen que los porros siguen ingresando a la escuela.




Asi se exigia Cárcel para los porros de la Federación de Estudiantes de Naucalpan (FEN), quienes hirieron y mataron a estudiantes, así como la destitución de la directora del Colegio de Ciencias y Humanidades Naucalpan, Angélica Galnarez Campos, demandaron más de más de mil alumnos, profesores, padres de familia y trabajadores de este colegio de la UNAM. Los estudiantes, exigieron con gritos y consignas la destitución de la directora del CCH Naucalpan, Angélica Galnarez Campos, "quien abrió las puertas del colegio a la FEN ya que se comentaba que los policias y la directora protegìan a este grupo de " estudiantes ".








Se convoco una asmblea de padres de familia profesores y estudiantes de CCH Naucalpan para acordar acciones contra el porrismo a raíz de los salvajes ataques sufridos pasado por porros y con el respaldo táctico de policías municipales y estatales.
La directora del plantel, Angélica Galnares, no se presentó ni ningún representante de ella Estudiantes denunciaron que el juridico del plantel, Fidel Topete, para aceptar sus denuncias de agresiones les exige que le den el nombre y numero de cuenta de los porros. También que ha integrado mal los expedientes de los porros que llega a enviar al Tribunal Universitario, y que por tanto éste los absuelve.
Padres de familia denunciaron que para que se levante el acta por la golpiza que recibió una compañera (con traumatismo craneoencefálico y hematomas internos) les condiciona a que la misma compañera sea capaz de relatar detalladamente las circunstancias y como se desarrolló la golpiza que le propinaron porros y policías.
Profesores denunciaron que además de la Federación de Estudiantes de Naucalpan, se está formando otro grupo conocido hasta ahora como “los cancheros” con el apoyo de profesores del área de Educación Física. Y que además, la dirección del plantel, en forma ilegal contraviniendo el plan de estudios y la legislación universitaria está presionando a los estudiantes de primer ingreso para que cursen Educación Física diciéndoles que es obligatoria. Y que esto es aprovechado por “los cancheros” para el reclutamiento de chavos en su desmadre porril.
Se presentó también un video donde aparecen porros realizando taloneos y hostigamiento y además confraternizando sus líderes con patrulleros municipales a las afueras del plantel. Siendo tan contundentes las exigencias y el enojo de estudiantes y padres de familia, así como la evidencia del video, a Moreno, como representante de Rito Terán no le quedó de otra que comprometerse a agilizar los trámites de las denuncias y a identificar a los porros que aparecieron en fotos que también se exhibieron, para proceder a su expulsión.¡Si no hay solución, habrá destitución!
Tanto padres, como profesores y estudiantes advirtieron que de no haber una solución efectiva del problema, la comunidad comenzaría a organizarse para destituir a las autoridades del CCH Naucalpan que a todas luces han resultado incompetentes no sólo para resolver el problema sino siquiera para escuchar a los padres y estudiantes y dar cauce a sus peticiones.
Señalaron concretamente a cuatro responsables: la directora del plantel: Angélica Galnares , el responsable de la oficina jurídica, Fidel Topete; el secretario general del plantel: Flores Lira; y Rafael Familiar, hoy secretario general de CCH´s y exdirector del plantel que tuvo en sus manos evitar la formación de la Federación de Estudiantes de Naucalpan y que sólo había dejado al plantel esta pandilla como legado por lo que no podía ser “premiado” con ese cargo de responsabilidad de los 5 CCH´s.
De todos ellos se demandó su destitución, así como del profesor Celso Gómez, señalado como autor de abusos sexuales contra compañeras, y que cuenta, nuevamente con la complicidad del jurídico Fidel Topete.
Asimismo se exigió mayor seguridad en el interior del plantel y para ello la substitución del equipo de vigilantes en ese plantel por que ya se han apreciado relaciones de francachela con los porros.
Finalmente, se demandó un compromiso por escrito en ese mismo momento de concluir la asamblea, por el representante del director de CCH´s de que los estudiantes, padres de familia y profesores no sufirirían represalias por parte de las autoridades por organizarse y llevar a cabo acciones contra el porrismo, sean estas de autodefensa, organización o presión ante la falta de solución.
La segunda agrupación porril más fuerte es la FEN, con presencia en la FES Acatlán y el CCH Naucalpan. Según estudiantes y maestros, recibe apoyo de las autoridades de esos planteles y de funcionarios del gobierno mexiquense , además de contar con protección de la policía municipal y del ayuntamiento panista encabezado por Angélica Moya. Es pública la relación de la directora del CCH Naucalpan, Angélica Galnares, con dirigentes de la FEN, como José Antonio Ruiz Maya, El Maya, que dirige un grupo de 400 porros.
Fernando, estudiante , relata temeroso: “Todos los días los porros asaltan, ponen retenes en pasillos y a la salida del plantel para basculear a todos. La directora no hace nada; cuando los denunciamos, los porros nos amenazan enfrente de ella y se hace la desentendida, o los funcionarios mismos filtran el nombre del denunciante a los porros. A veces se juntan 400 porros, cuando gritan la goya, todos nos ponemos a temblar. Denunciarlos es suicida, y aunque nadie les ha respondido, la gente tiene mucho coraje”.


Entre 30 y 40 por ciento de los estudiantes de primer ingreso en los distintos planteles del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) dejan sus estudios a consecuencia de los robos, agresiones e intimidaciones que sufren por parte de grupos porriles, aseguró Javier Cervantes Arias, asesor de la Dirección General de ese sistema escolar de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Durante una conferencia de prensa que dio junto con el diputado local del PRD Enrique Vargas, el funcionario universitario expresó que es en el CCH Naucalpan donde se resiente más la deserción de los jóvenes, y dijo que eso se debe a que en ese plantel opera uno de los grupos porriles “más violentos”, la Federación de Estudiantes de Naucalpan.
No solo los estudiantes se quejaban de la directora si no tambien profesores, tal es el caso de la profesora MARÍA ISABEL VARELA HAM, profesora de asignatura definitiva con más de 22 años de trabajo ininterrumpido en la UNAM Denuncio : Que la directora del CCH Naucalpan, Biól. ANGÉLICA GALNARES CAMPOS, hostiliza y acosa a mi persona de manera política y policíaca, reprimiéndomepor pensar de manera diferente a ella, por tratar de democratizar los espacios de la UNAM en que he trabajado, entre los que se encuentran el gremio de académicos de la UNAM : la AAPAUNAM (Asociación Autónoma delPersonal Académico de la UNAM) y el CCH Naucalpan, donde he participado activamente en el combate al porrismo y he sostenido en mi salón de clases una educación activa, basada en los valores, y no tradicional.
Realmente Angelica Galnares tenia convenios con el Municipio de Naucapan o realmente que deseaba ella para sus estudiantes, para los profesores, para su plantel. O simplemente buscaba su bienestar social................







Fundacion del CCH




ORIGEN DEL COLEGIO DE CIENCIAS Y HUMANIDADES


La Universidad Nacional Autónoma de México tiene dos bachilleratos, la Escuela Nacional Preparatoria y el Colegio de Ciencias y Humanidades. Estos subsistemas cuentan con programas de estudios diferentes, el primero responde a una programación anual y el segundo a una semestral, estos se cursan en tres años.
El proyecto del Colegio de Ciencias y Humanidades fue aprobado por el Consejo Universitario de la UNAM el 26 de enero de 1971, durante el rectorado de Pablo González Casanova, quien consideró tal acción como: "la creación de un motor permanente de innovación de la enseñanza universitaria y nacional, y deberá ser complementado con esfuerzos sistemáticos que mejoren a lo largo de todo el proceso educativo, nuestros sistemas de evaluación de lo que enseñamos y de lo que aprenden los estudiantes".
El Colegio de Ciencias y Humanidades fue creado para atender una creciente demanda de ingreso a nivel medio superior en la zona metropolitana y al mismo tiempo para resolver la desvinculación existente entre las diversas escuelas y facultades y los institutos y centros de investigación de la UNAM, así como para impulsar la transformación académica de la propia Universidad con una nueva perspectiva curricular y nuevos métodos de enseñanza, para lo cual era necesario constituir una planta docente "con una juventud no exenta de madurez y una madurez no exenta de Juventud", González Casanova.
Las primeras generaciones de alumnos del Colegio tuvieron dos características distintivas que les permitieron asimilar cabalmente estos propósitos educativos; estaban constituidas por jóvenes que habían interrumpido sus estudios de bachillerato, se encontraban inmersos ya en el mundo laboral; y tenían una cercanía generacional, lo que los ligaba afectivamente con sus profesores.
Su creación
Las labores para la creación del Colegio Nacional de Ciencias y Humanidades fueron confiadas a un grupo de aproximadamente ochenta destacados universitarios encabezados por Roger Díaz de Cossio, entonces coordinador de Ciencias. De junio a octubre, aproximadamente, trabajó el equipo en la elaboración de planes y programas de estudio. En octubre de ese mismo año, después de manifestarse varias opciones contra el proyecto de Nueva Universidad, las propias autoridades decidieron suspenderlo.
Posteriormente, con la participación de los coordinadores de Ciencias y Humanidades, Guillermo Soberón y Rubén Bonifaz Nuño; de los directores de las facultades de Filosofia y Letras, Ciencias, Química y Ciencias Políticas y Sociales, Ricardo Guerra Tejeda, Juan Manuel Lozano, José F. Herrán y Victor Flores Olea, respectivamente; y del director de la Escuela Nacional Preparatoria, Moisés Hurtado G., encabezados y dirigidos por González Casanova se elaboró un plan para crear un sistema innovador que se denominó Colegio de Ciencias y Humanidades.
Los primeros planteles en abrir sus puertas para recibir a la primera generación de estudiantes fueron Azcapotzalco, Naucalpan y Vallejo, el 12 de abril de 1971, al siguiente año hicieron lo mismo los planteles Oriente y Sur. A lo largo de su historia, el Colegio ha ido transformándose y avanzando para elevar la calidad de la enseñanza que imparte. El éxito de su madurez se ve reflejado en las etapas por las que ha pasado, entre las cuales destacan: la creación de su Consejo Técnico en 1992; la actualización de su Plan de Estudios en 1996; la obtención del rango de Escuela Nacional en 1997, así como la instalación de la Dirección General, en 1998.
En la actualidad, el Colegio está integrado por una Dirección General, cinco planteles, y por un Laboratorio Central, cuyas instalaciones están ubicadas en la Ciudad Universitaria de la UNAM, atiende a una población estudiantil de 60 mil alumnos, con una planta docente de aproximadamente 2 mil 800 profesores. Cada año ingresan 18 mil alumnos a sus aulas, y han pasado por las mismas cerca de 700 mil alumnos. Su Plan de estudios sirve de modelo educativo a más de mil sistemas de bachillerato de todo el país incorporados a la UNAM.
Cuenta con autoridades propias para su funcionamiento interno. Su organigrama lo preside un Director General y nueve secretarías que apoyan su actividad académica y administrativa. Sus planteles son cinco, distribuidos cuatro en la zona metropolitana y uno en el Estado de México (Naucalpan) Cada uno de éstos tiene un director y secretarías de apoyo académico y administrativo. Los planteles cuenta con dos turnos, con aproximadamente 5500 alumnos cada uno de ellos.
El CCH es un bachillerato de cultura básica y tiene la característica de ser propedéutico, pero a su vez general, es una institución de enseñanza media superior; que ocupa una posición intermedia entre los estudios de licenciatura y la enseñanza básica, esta última, en México, incluye la escuela secundaria; se rige bajo los términos de la Ley Orgánica y del Estatuto General de la Universidad, además cuenta con una legislación propia que norma su actividad particular que es el Reglamento de la Escuela Nacional Colegio de Ciencias y Humanidades, "CCH".

Despuès del 2 de octubre.... ¿que?

DESPUES QUE.....







El 12 de octubre fueron inaugurados los XIX Juegos Olímpicos, en la Ciudad Universitaria. Para ello, se declaró un periodo vacacional. Después de la clausura de los juegos, la actividad universitaria tendió a normalizarse. El número de detenidos, entre estudiantes y profesores, era considerable.






La huelga estudiantil concluyó oficialmente el 4 de diciembre. El rector se negó a aceptar un voto de confianza que le otorgó el Consejo Universitario en su sesión del 20 de diciembre. Por último, fue aprobado un informe de demandas que presentó la Universidad con motivo del movimiento estudiantil. El rector logró pronto que la comunidad universitaria volviera a la normalidad académica y cultural. En el informe presidencial de septiembre, Gustavo Díaz Ordaz asumió toda la responsabilidad de su política en torno al movimiento estudiantil-popular del año anterior. Seguían detenidos los principales líderes del movimiento: Luis González de Alba, Gilberto Guevara Niebla, Tomás Cervantes Cabeza de Vaca, Sócrates Campos Lemus, así como los profesores Fausto Trejo, Heberto Castillo, Elí de Gortari y José Revueltas, entre otros. La sucesión presidencial fue decidida en favor del secretario de Gobernación, licenciado Luis Echeverría Alvarez, quien desarrollaría una campaña electoral exhaustiva. A fines de mayo de 1971 surgió un conflicto entre el gobierno de Nuevo León y la Universidad Autónoma del Estado. El estudiantado neoleonés pidió apoyo al de la República. En el Distrito Federal hubo respuesta positiva de parte del sector estudiantil de la UNAM y del IPN. La agitación creció durante los primeros días de junio. La crisis aumentó en Nuevo León. Se programó una gran manifestación para el jueves 10 de junio en las zonas aledañas al casco de Santo Tomás, principalmente en la Ribera de San Cosme. Pese a que se difundió la noticia de que el gobernador Elizondo había renunciado, se decidió llevar a cabo la manifestación. No acababa de empezar cuando los estudiantes fueron atacados por un grupo paramilitar denominado "los halcones". La policía había acordonado la zona desde Insurgentes Norte y Manuel González. Nadie se responsabilizó del ataque y se negó la existencia del grupo paramilitar. De inmediato procedió la renuncia del jefe de la policía, Flores Curiel, y la del Jefe del Departamento del Distrito Federal. Nunca se deslindó quiénes fueron responsables de los hechos. Las únicas víctimas ciertas fueron los jóvenes caídos. La crisis política posterior fortaleció al presidente, quien recibió el respaldo de connotados intelectuales, que plantearon la disyuntiva: "Echeverría o el fascismo". El presidente, poco a poco, fue desarrollando una política de deslinde radical con su antecesor, así como su estilo personal de gobernar. En política internacional se inclinó hacia la posibilidad de formar un bloque independiente y de fortalecer al Tercer Mundo. En la política interior renació el populismo. Pronto dio la amnistía a los presos políticos de 1968 y a algunos de ellos los llamó a colaborar en su gobierno.






El 14 de marzo de 1975 el presidente de la República, Luis Echeverría, acudió a inaugurar el año lectivo, como se acostumbraba hasta el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz. El acto tuvo lugar en la Facultad de Medicina de la UNAM, a donde asistió una multitud. Al final de la ceremonia una piedra alcanzó la frente del primer mandatario.







DESPUÉS DEL 2 DE OCTUBRE.


En la ciudad de Nueva York, en el sexto piso del numero 50 de la plaza Rockefeller se encuentra la "Fotobiblioteca" de la AP (Prensa Asociada). En el archivo fotográfico de ésta agencia, el 68 mexicano descansa en un folder delgado. Adentro se encuentran fotos y negativos que captan diversos momentos del movimiento. Sin duda, este suceso atravesó barreras y tampoco podemos dejar de lado los diversos comentarios que se sucedieron en torno al caso. Al menos dos periódicos estadounidenses y una revista francesa publicaron esta secuencia gráfica. El diario The Washington Post, la publico en su edición del 3 de octubre, en la pagina 10 de su primera sección: "Un hombre y una mujer pedían ayuda, mientras una tercera persona yacia muerta a su izquierda, momentos después, la mujer fue muerta; el hombre también murió". A su vez en el diario Los Angeles Times aparece en la edición del 4 de octubre, en primera plana. "la muerte llama dos veces" y explica desde su punto vista el mismo suceso: " Un hombre y una mujer se abrazan en un balcón de la ciudad de México, donde quedaron atrapados en una balacera. Otro hombre, a su izquierda, esta muerto. Al centro, la mujer, que ha sido herida, baja la cabeza, mientras su compañero la levanta; él ha muerto. Ella sobrevivió" La señorita Falleci, periodista italiana, herida en el lugar de los hechos, relata el terror que vivió en México y califico al enfrentamiento como una " cosa terrible e increíble". Es identificada como la mujer en las fotos de la Prensa Asociada (antes mencionadas), tomadas por Díaz a pesar de que los soldados impedían que se tomaran fotos y confiscaban a su paso cámaras y las propias películas fotográficas. El belga Claude Klejman, del vespertino Le Monde, cuenta: "A la inversa de la versión dada por la mayoría de los diarios mexicanos, en este momento no se disparo un solo tiro desde los edificios que rodean la plaza, ni tampoco de las azoteas. En cambio, entre la multitud se ven hombres vestidos de civil, con un guante blanco en la mano izquierda, que hacen señales a los militares. Después de esas señales, estos últimos abren un fuego nutrido contra la multitud. Los soldados van llegando de todas las calles. Habrá mas de 5 mil... estos soldados matan. La mayoría de los estudiantes ayudan a las mujeres a escapar, las protegen. ¿Cuántos muertos? ¿Cincuenta... doscientos?" Finalmente éstos son los relatos de un par de periodistas extranjeros, ahora lo importante es saber que pensaron los mexicanos, todos aquellos comunicadores que siguieron día a día la evolución de esta protesta que desemboco en lo que todos ya conocemos. Por esto citamos a uno de "Los Grandes" dentro de ese medio, al licenciado Jacobo Zabludovsky. El 3 de octubre de 1968, al día siguiente de la matanza de Tlaltelolco, Jacobo Zabludovsky recibió una llamada del Presidente Gustavo Díaz Ordaz en las instalaciones de Telesistema Mexicano (hoy Televisa). El presidente le reclamo a don Jacobo que en el noticiero de la noche hubiera aparecido en pantalla usando una corbata negra. Díaz Ordaz estaba muy molesto. Don Jacobo Zabludovsky le explico: " señor presidente yo uso corbata negra desde hace años. . .". Esta anécdota es para mostrar de que manera todos los medios fueron sometidos a una estricta vigilancia y censura por parte de las autoridades castrenses del sexenio de Díaz Ordaz. Estaban empeñados en que en ninguno de los medios de comunicación diera una información que el gobierno considerara excesiva y dañina para su ya deteriorada imágen. El propio Lic. Zabludovsky afirma que de todos los noticieros del momento el mas importante era el "Excélsior". Es por este motivo que nos referiremos a un par de artículos de la época.

El 3 de octubre de 1968, surgen las primeras declaraciones del director de relaciones de la presidencia y el articulo se titula: " 20 MUERTOS, 75 HERIDOS Y 400 PRESOS" A la una de la madrugada los corresponsales extranjeros fueron trasladados a la residencia presidencial de Los Pinos en dos autobuses especiales. Allí se efectuó una rueda de prensa en la que no de manera oficial se dio amplia información a los periodistas del exterior. El señor Fernando M. Garza, director de Prensa y Relaciones Públicas de la Presidencia de la República, dijo ante poco más de 60 periodistas y corresponsales extranjeros que en los disturbios del día anterior hubo "Cerca de 20 muertos, 75 heridos y más de 400 detenidos". Afirmó que la intervención de la autoridad, en la Plaza de la Tres Culturas, "acabó con el foco de agitación que ha provocado el problema". La entrevista de Garza con los periodistas extranjeros ocurrió poco después que los corresponsales, mediante el señor Raimundo Cuervo, insistieron en obtener información oficial sobre los acontecimientos. Otra de sus afirmaciones fue: "Se garantiza la tranquilidad durante los Juegos Olímpicos. Hay y habrá vigilancia suficiente para evitar problemas". Por su parte, El secretario de la Defensa Nacional, general Marcelino García Barragán, dijo en una conferencia de prensa: "No se decretará el estado de sitio; México es un país donde la libertad impera y seguirá imperando". De esta manera el gobierno establece claramente que fue una decisión que debía tomarse ya que la mayoría del pueblo mexicano lo que busca continuamente es la paz y la tranquilidad. Así, hace un llamado a los padres de familia para que controlen a sus hijos, mientras que en los hospitales de la ciudad decenas de estudiantes están en calidad de detenidos y serán puestos a disposición del procurador general de la República. Sobre las medidas de seguridad afirmo: "Esto puede repercutir; pero no creo que se repita; no permitiremos más desórdenes. Creo que los padres de familia van a atener el llamado que les hemos hecho. No se puede permitir que sigan quemando vehículos del servicio público y cometiendo tropelías. Se continuará patrullando la Plaza de las Tres Culturas y las zonas donde hubo disturbios." Pero ¿ qué fue lo que realmente paso? Nadie lo sabe con precisión, es por esto que he decidido mostrar apoyarme en el relato de Miguel Angel Martínez Agis publicado en el periódico Excélsior el 3 de octubre del 68, el articulo se titula "Edifico Chihuahua": 18:00 hrs. Tercer piso del edificio "Chihuahua". Poco más de 10,000 personas en la Plaza de la Tres Culturas. Tres estudiantes han usado el micrófono. Uno de ellos para las presentaciones, otro del Politécnico y uno más de la Universidad. En el balcón central del edificio están los periodistas (Fallecí), algunos fotógrafos y camarógrafos. Reporteros y corresponsales extranjeros. Los oradores atacaron a los políticos, a algunos periódicos, inclusive llegaron a proponer el boicot contra un diario capitalino. Entre aplausos fueron recibidos unos obreros. Se dijo que eran ferrocarrileros. Exhibían una manta que decía: "Los ferrocarrileros apoyamos el movimiento y desconocemos las pláticas Romero Flores-GDO". Inclusive algunos de ellos anunciaron la iniciación de paros escalonados. Cuatro luces de bengala de color verde cayeron sobre los espejos de agua. Eran las 18:10 horas. Varios centenares de agentes de la Policía Judicial, de la Procuraduría General de la República, de la Dirección Federal de Seguridad llegaron y gritaron a los periodistas: "¡Bájense!" Llevaban las pistolas en la mano. Los mismos agentes decían a los estudiantes: "¡Alto aquí. Nadie se mueve..!" Se inicia el tiroteo. Los periodistas apenas alcanzaron a bajar. Se inicio una intensa balacera. Disparos al aire, ráfagas de ametralladora. Carreras de todos. Los elevadores atascados, los agentes cubrieron las dos escaleras de acceso.Abajo, en la plaza, la gente se arremolinaba. Caía, se despeñaba sobre las escaleras de piedra frente a la iglesia de Santiago Tlaltelolco. Por los altoparlantes se escuchó: "¡No se vayan. No se vayan..!" Al mismo tiempo, por un costado del edificio de Relaciones Exteriores entra el Ejército. Más disparos. En este tercer piso son detenidos unos cuarenta estudiantes del Consejo Nacional de Huelga. Oscurecía. No había luz en el edificio. Sócrates está entre los apresados. Esposados, agazapados, pegados a la pared de las escaleras, impulsados por gritos de los propios agentes, dos periodistas bajan al segundo piso. Unos quince o veinte minutos, mientras la balacera continuaba sin cesar. Agentes y periodistas, juntos, contra la puerta del departamento 210. La chapa cedió. No había nadie. Sus moradores huyeron. En el pasillo del departamento hay dos teléfonos, y todos quieren usarlo. Siguió el desfile de seis heridos: tres policías de la Judicial y tres de la Federal de Seguridad, además de Oriana Fallaci y una mujer grávida, con su hijo de doce años. El jefe de la DFS habla por teléfono. "¿Hay francotiradores?" Por teléfono el mismo jefe de la DFS informó: "Aquí sólo nos movemos y nos disparan. Hay francotiradores. Necesitamos que manden un convoy de ambulancias civiles para ver si los dejan pasar y saquen los heridos. Que vengan con las sirenas abiertas para mostrar que son ambulancias..." 2 de octubre...no se olvida

Para que el movimiento


El movimiento estudiantil del 68, fue para conseguir demandas del sector social, al cual se unieron los estudiantes. Exigian resoluciòn de ciertas anomalias existentes en la sociedad y en la educaciòn.
Los estudiantes anexaron un pliego petitorio

“Libertad a los presos políticos”. Reconocimiento por parte del gobierno de la privación de la libertad por causas imputables a la manifestación pública de las ideas había sido una práctica coercitiva, frecuente en la historia mexicana de las últimas décadas.

“Destitución de los generales Luis Cueto Ramírez y Raúl Mendiolea Cerecero”, como también del teniente coronel Armando Frías Ramírez”. Las personas mencionadas representaban el brazo personalizado y ejecutor de la represión, y no creación de cuerpos semejantes”. Se hace alusión velada a organizaciones altamente represivas en aquel entonces, como la Dirección Federal de Seguridad
derogación de los artículos 145 y 145 bis del código penal (delito de disolución social), instrumentos jurídicos de la agresión”. El contenido de estos artículos remite a peligros de invasión extranjera o a situaciones extremas de desaparición del régimen constitucional- En la medida en que su aplicación se ejerciera sobre cualquier brote legítimo de disidencia por parte de la ciudadanía, quedaría anulada toda posibilidad de manifestación democrática o de conciencia política, considerada como altamente peligrosa para la integridad nacional.

“Indemnización a las familias de los muertos y a los heridos, víctimas de la agresión del viernes 26 de julio en adelante”. Cuantificación de las personas involucradas, hace evidente la impotencia por parte del régimen de Díaz Ordaz para controlar y resolver por otros medios que no fuera la violencia extrema, un conflicto que creció en sus manos y que derivaba de otros problemas sociales añejos, emparentados con la participación política.

“Deslindamiento de responsabilidades de los actos de represión y vandalismo por parte de las autoridades a través de la policía, granaderos y ejército. El señalamiento concreto de culpables era tan complejo políticamente que, por tanto, resultaba difícil avanzar hacia el esclarecimiento de la verdad. Hasta la fecha se mantiene una vaguedad que involucra a todas entidades administrativas, civiles y militares, e individuos, pero no delimita una responsabilidad absoluta sino en la cabeza: el presidente de la república.”

Los protagonistas



VIVIERON PARA CONTARLO

"Al que alce la cabeza, se lo lleva la chingada"



Florencio López Osuna era dirigente de la Escuela Superior de Economía del IPN en el 68 y actualmente es subdirector de la Voca 5.



Llévatelo, y a la primera pendejada, te lo chingas, fue lo último que escuchó antes de que lo bajaran, a empellones, del tercero al segundo piso del edificio Chihuahua.
Había sido el primer orador del mitin y fue el único de la lista de tres comisionados para hablar esa tarde en nombre del Consejo Nacional de Huelga —los otros eran David Vega y Eduardo Valle—, que alcanzó a pronunciar su discurso.
Originario del municipio de Concordia, Sinaloa, le había tocado hablar de la situación del movimiento estudiantil, que se extendía por todo el país, y anunciar que se suspendía la programada marcha al Casco de Santo Tomás.
Yo estaba en el centro de la tribuna. Cuando comenzaron los disparos, me di la vuelta, y, dando la espalda a la plaza, vi que el tercer piso se había llenado de gente que, después supe, era del Batallón Olimpia. Eran jóvenes como nosotros. Algunos traían una fusca en la mano; otros cargaban metralleta. Todos traían un guante blanco. A unos pasos de donde estaba, David (Vega) forcejeaba por el micrófono con uno del Batallón Olimpia, al que se le salió un tiro.
Los del batallón les dieron tres instrucciones: ‘Todos a la pared, todos al suelo y al que alce la cabeza se lo lleva la chingada’. Mientras tanto, un tipo alto, fornido, con gabardina, disparaba contra la multitud.
López Osuna permaneció de pie; durante segundos, pegado al barandal del tercer piso, pudo ver cómo se formaba un remolino en la plaza, la gente se movía como una ola de mar. En ese momento, uno de los agentes lo tumbó al piso, cayéndole encima.
A los que estábamos en el tercer piso nos dividieron: A unos los subieron al cuarto piso y a otros nos bajaron al segundo. Yo fui de estos últimos. Un tipo que estaba acostado con nosotros nos decía en qué turno debíamos arrastrarnos. A unos pasos de ahí, había otro tipo en cuclillas. Era el que mandaba. Todavía lo recuerdo: patilludo, orejón. Cuando tocó mi turno, el que estaba acostado le dijo a su jefe: ‘Éste fue orador en el mitin’. Entonces, me jalaron, me mentaron la madre. Ahí empezaron los chingadazos.
Por acuerdo de una asamblea, López Osuna acudió armado a Tlatelolco, igual que otros de sus compañeros.
Hay que pensar qué momento estábamos viviendo: Nuestras escuelas eran ametralladas constantemente, había que tener con qué defenderse. Cuando estaba en el suelo, en lo único que pensaba era en cómo deshacerme de la pistola. El tipo patilludo me ordenó: ‘Ven acá’. Me estaba apuntando con una pistola. Y entonces pensé que era prudente informarle que estaba armado. El tipo se descontroló. Empezó a catearme desesperadamente, hasta que me encontró el arma. Me pegó con la pistola en la boca y empecé a sangrar. Y le dijo a uno de sus compañeros: ‘Llévatelo, y a la primera pendejada, chíngatelo’.
En el segundo piso le quitaron el cinturón y, a diferencia de otros estudiantes, le amarraron las manos hacia atrás. Su ropa fue cediendo a los jalones. Sólo permanecieron en su lugar los calzones mojados. La chamarra y la camiseta quedaron colgadas de los antebrazos, atoradas en la atadura de las manos.
Ya bajo custodia del Ejército, con la cara sangrando, lo pasaron bajo los chorros de agua que escurrían del edificio. Había que lavarle la cara para poderlo fotografiar.
Al llegar al Campo Militar Número Uno, donde permaneció hasta su reclusión en Lecumberri, la versión oficial sobre la pistola se había transformado. Éste traía una ametralladora, acusó un militar. Sólo alcancé a decir: ‘No es cierto, era una 380, y no la disparé’.






"Somos el Batallón Olimpia, no nos disparen"


Luis González de Alba era representante de la Facultad de Psicología de la UNAM en el 68. Actualmente es escritor y periodista.
Las fotos son la constatación, la absoluta evidencia, de lo que los líderes del movimiento del 68 venimos diciendo desde hace de 40 años: que la masacre de Tlatelolco la comenzaron hombres vestidos de civil con un guante blanco en la mano izquierda y una pistola en la derecha. Así lo declaramos en el Ministerio Público desde entonces, así lo declaramos después en cuantos medios pudimos, yo lo he dicho en todos los medios en donde he estado. Bueno, aquí está la constatación, fue así exactamente como lo relatamos.
En cuanto al texto que se publicó en Proceso también la semana pasada, dice que no está de acuerdo en que las fotos muestran la perfecta coordinación entre las fuerzas armadas y los grupos paramilitares:
Lo que demuestran es la absoluta falta de coordinación entre el Batallón Olimpia y el Ejército regular, que es lo que siempre he venido diciendo.
El grito ‘Batallón Olimpia no dispa-ren’ es el grito del Olimpia al Ejército: ‘Somos el Batallón Olimpia, no nos disparen a nosotros’. Esto demuestra que no tenían ni siquiera un radio, ésa es la prueba de la falta de coordinación: grupos diferentes del Ejército que están comprometidos en una misma operación militar se comunican de distintas formas, pero nunca a gritos, eso sí resulta absolutamente aberrante.
Recuerda el testimonio del fotógrafo de Paris Match: Dice que se encontraba en el edificio Chihuahua, en el tercer piso, tirado en el suelo, rodeado de gente que tenía un guante blanco en la mano, y que estaban también tirados en el suelo. ¿Qué hacían los del Olimpia tirados en el suelo? Ellos eran los que llegaron a comenzar los disparos, ellos eran los armados. Estaban tirados en el suelo porque el Ejército vio los fogonazos y dijo: ¡Son los estudiantes quienes nos están disparando! Y respondieron al fuego, y fueron avanzando, disparando hacia arriba, no hacia la gente. No estoy tratando de hacer el elogio del Ejército, quiero simplemente poner las cosas en su justo término, si estamos pidiendo justicia, que haya justicia, y no que cada quien le aumente la tinta en donde le guste.
Si el Ejército que tenía rodeada toda la plaza hubiera llegado disparándole a la gente, no queda nadie vivo. ¡Nadie! Y no hubiéramos tenido 30 o 40 muertos, que son los que están en la estela que levantaron en uno de los aniversarios con el nombre de los muertos, o los 100 o 200 que se han dicho, hubiera sido ¡todo el mundo! Pero el Ejército no llegó así, llegó el Olimpia a detenernos a nosotros, y aquí están las fotos de Proceso, ésa es su gran importancia, ¡ahí están las fotos! Exactamente como los describimos: hombres de pelo cortado estilo militar, muchachos de aspecto atlético, en lo general jóvenes, con un guante blanco, y los que no traían el guante blanco, traían un pañuelo blanco, que no hay en las fotos, pero había algunos con un pañuelo blanco. Ahí está demostrado.
Recuerda que en ninguna de las actas que ellos levantaron, las autoridades permitieron que se constatara la presencia del Batallón Olimpia. Pero, paradójicamente, el dato se les escapó en sus declaraciones a los militares que resultaron heridos.
El teniente Sergio Alejandro Aguilar Lucero, del Batallón Olimpia, en el Hospital Militar, declaró: ‘Soy miembro del Batallón Olimpia que fue conformado para salvaguardar las instalaciones olímpicas, y nos dieron orden para venir hoy por la tarde del 2 de octubre. Vestidos de civil nos identificaron con un guante blanco en la mano izquierda’. Lo mismo dijo el capitán Ernesto Morales Soto.
Agrega: Con estas fotografías queda perfectamente comprobada la participación de ese grupo paramilitar, exactamente como lo dijimos nosotros. Ahora, ¿quién lo envió, cómo fue la orden? Todo apunta a Luis Echeverría, no hay más. ¿Quién planeó la trampa? Tuvo que ser Echeverría, nadie más que él y el presidente Gustavo Díaz Ordaz tenían ese poder. Yo, con toda la infinita antipatía que siento hacia Díaz Ordaz, creo que no fue él, porque si hubiera sido, él entonces sí habríamos tenido una operación bien coordinada, porque viene desde el presidente. Pero como es algo chueco, que ni el presidente debe enterarse, quien lo hizo fue el secretario de Gobernación, por eso se dio sin coordinación.
Sobre su detención, recuerda: Lo único que padecí fue frío. Como se ve en la foto, estoy sin camisa; los pantalones no son míos, eran de un niño, me llegaban apenas debajo de la rodilla. La camisa ni siquiera entró. A todos nos habían quitado la ropa, fui golpeado en la nuca por un policía.






"Sólo iba por unas muchachas"
René Manning era músico en 1968 y hoy es dueño de un negocio de arte y diseño en Hermosillo, Sonora:
Era ya de madrugada. Estábamos en el cuarto piso del edificio Chihuahua; nos separaron: por una escalera hombres y por la otra mujeres. Estaba empapado porque las tuberías del departamento estaban rotas por las balas. Nos tomaron fotos a cada uno de los que íbamos bajando. Me fijé que el fotógrafo tenía dos o tres personas que le cambiaban la cámara, por los rollos.
Ese día, René y su amigo Fernando Leyva habían llegado al edificio Chihuahua para reunirse con dos muchachas que habían conocido en el café cantante Dos más Dos, de la Zona Rosa, donde tocaba el grupo Los Schippys, que ellos integraban con José Luis Liera.
No recuerdo el número del departamento, pero estábamos visitando a dos muchachas, una de ellas vivía ahí, la otra era de Mexicali. Nos tocó la mala suerte, dice en entrevista telefónica desde Hermosillo.
Cuando empezó la balacera, estábamos viendo por una pequeña ventana, apena cabían dos personas para observar. Fernando vio que por el lado izquierdo, por donde estaba el cine Tlatelolco, y por el lado de Reforma, comenzaron a entrar los soldados. Yo me fijé en el helicóptero, cuando arrojó las luces de bengala: una roja y dos verdes.
En el balcón que estaba debajo, a mi izquierda, donde estaban los líderes hablando, vi cuando un hombre de guante blanco agarró a uno del cabello, le puso la pistola en la sien y le disparó... Yo lo vi. Ése fue el primer disparo que escuché y entonces comenzaron a entrar los soldados a la plaza. Entraron abriendo fuego contra la gente que estaba en la explanada. Después entraron una o dos tanquetas disparando contra el edificio Chihuahua. Fernando me jaló y nos fuimos hacia atrás, en ese momento entró una ráfaga de la tanqueta exactamente en el departamento. Rompieron las tuberías y el departamento comenzó a inundarse. Nos fuimos a la última recámara. Ahí nos mantuvimos hasta las cuatro de la madrugada.
Antes habían tocado la puerta unos muchachos que decían que por favor abrieran porque los iban a matar. Les pedimos que no abrieran porque podría ser una trampa, que podían entrar los soldados o policías y nos mataban. Pero insistieron tanto que abrimos y entraron unos cinco estudiantes, que traían paquetes de volantes en contra del gobierno, que escondieron debajo de los colchones.
Finalmente volvieron a tocar la puerta, pidieron que se abriera, que nada iba a pasar. A la tercera vez gritaron que si no abríamos lo iban a hacer a balazos. Entraron como cinco, con lámparas muy grandes y preguntaron cuántos vivían en el departamento. Pidieron que salieran los miembros de la familia. Yo salí al último porque no encontraba una de mis muletas. Padezco polio desde los nueve meses.
Los que entraron llevaban el guante blanco. Cuando ya nos bajaron y nos detuvieron para tomar las fotos, al lado derecho de la escalera había varios cadáveres apilados, en la salida. Un soldado me dijo que no siguiera volteando, y de reojo alcancé ver los cadáveres uno encima de otro, estaban semidesnudos.
Antes de subirlos a los camiones, les quitaron toda la ropa, las agujetas de los zapatos y los cinturones. Así nos subimos al camión, con la ropa echa rollo. Íbamos amontonados. Nos llevaron al amanecer al Campo Militar Número Uno. Nos pusieron en unos dormitorios con literas de lámina. Lo ficharon, pero no lo torturaron como a su amigo Fernando, que estaba en otro galerón. Me preguntaron nombre, edad y de dónde era originario. No te decían absolutamente nada, sólo sacaban la hoja y fírmale.




" El departamento 504 "





Baltazar Doro Guadarrama fue activista de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica. Hoy se dedica a la venta de compresoras.
Fue uno de los estudiantes que se refugió en el departamento donde estaba Manning, quien la semana pasada apareció en la televisión. Aclara que no era el cuarto, sino el quinto piso del edificio Chihuahua y que desde el departamento 504, que era de su tía y donde vivía su prima Susana Ruiz —que en las fotos sale cubriéndose el rostro—, jamás se hubiera podido ver la ejecución que Manning sostiene haber visto.
Susana vivía en el quinto piso, en el departamento 504, donde nos refugiamos como 25 personas, entre ellos Pablo Gómez, Eduardo Valle, Anselmo Muñoz Juárez y Félix Hernández, cuando empezó la balacera. Yo repartía propaganda. Ese día iba a subir a la parte alta del edificio para soltar un globo lleno de propaganda y pasé al tercer piso para que me ayudaran, cuando comenzó el traqueteo.
Manning estaba en el departamento, y cuando nos sacaron me venía protegiendo con él para no ser golpeado tan fuerte, lo ayudaba a caminar. Cuando nos llevaron al segundo piso platiqué con algunos del Batallón Olimpia y nos dijeron que fueron traídos del norte para un operativo, pero nunca les enteraron de la masacre.
Pero todo estaba planeado. Cuando llegamos al edificio Chihuahua, en la parte baja había muchísimos militares vestidos de civil formados, los identificamos plenamente, pero no creímos que fuera a haber una represión tan brutal. Estaba en el tercer piso cuando entraron disparando los agentes policiacos. Eran agentes, algunos estaban en cuclillas, ésos fueron los que comenzaron a tirar hacia abajo, desde la bardita del piso tres. Yo lo vi, no me lo platicaron.
En el departamento 504 se refugiaron hasta las 11 de la noche, cuando los sacaron los del Batallón Olimpia —no a las cuatro de la mañana, como dice Manning—, y de ahí nos llevaron a otro departamento en el segundo piso, que estaba vacío... Después de que nos tomaron la fotografía, nos sacaron por el corredor que va hacia la calle de Eulalia Guzmán, donde estaban los camiones del Ejército. Pero antes de llegar se produjo una segunda balacera y los que nos llevaban, de manera cobarde, se escudaron con nosotros. Después nos metieron a una guardería, nos acostaron y como juego pasaban encima de nosotros corriendo.
En Eulalia Guzmán o Manuel González nos subieron a los camiones y nos llevaron al Campo Militar, por todo Reforma. Allá nos tuvieron en una crujía, hasta el 11 de octubre en la noche, cuando nos soltaron por el Toreo de Cuatro Caminos.
Nos alimentaron muy bien, pero en la noche se oían disparos y algunos de los que nos vigilaron decían que estaban formando ‘cuadro’, que estaban matando a algunos, entre ellos a Cabeza de Vaca.




" Ya no pude bajar "
Enrique Espinoza Villegas era estudiante de la Preparatoria 5, y ahora trabaja para una comunidad de Zacatecas:
Estaba en la Preparatoria 5 y era activista. Tenía 19 años y no participé en el Comité de Huelga. El 2 de octubre quise estar en el tercer piso del Chihuahua porque allí iban a estar otros amigos.
Llevé a mi madre, pero la dejé en la explanada y me subí. Cuando estaba hablando Socrátes (Amado Campos Lemus) empezó el tiroteo y quise bajar por mi madre, pero ya no me dejaron. Me detuvieron los del guante blanco, que comenzaron a dispararle a la gente.
Había dos niños de secundaria que, cuando vieron que los del guante blanco disparaban contra la gente, se les aventaron. Ahí mismo los mataron. Primero les dispararon y en el suelo los golpearon con las cachas de las pistolas. Iban con suéter café.
Con tristeza y remordimiento recuerda que no pudo ayudar a su madre Esther Villegas, a la que también se la llevaron los soldados. Ella estaba en las escaleras, alcancé a agarrarla, pero me detuvieron. Me llevaron a un departamento del tercer piso, donde estaban Luis González de Alba, Cabeza de Vaca, Sócrates y La Tita. Allí el policía del sombrero que aparece en las fotos era el que nos quitaba las pertenencias a todos los detenidos.
Pero después Enrique y González de Alba fueron llevados a otro departamento: Allí me quise escapar, vi un guante blanco tirado y traté de ponérmelo, haciéndome pasar por uno de ellos. Con los ojos Luis me decía que no, pero yo tenía miedo y quería escaparme para ir por mi madre, a la que también habían golpeado. Se dieron cuenta porque el guante rechinó cuando quise ponérmelo, me golpearon hasta que perdí el conocimiento. Creo que uno de ellos mismos me salvó porque les pidió que ya no me siguieran golpeando. Cuando desperté me bajaron a la entrada del edificio, donde nos tomaron la foto a un lado del elevador. Yo estoy de espaldas, soy el más alto.
Cuenta que en el Campo Militar Numero Uno nos llevaron a las galeras con camas de metal. Nos despertaban a la media noche y nos decían que nos iban a fusilar. Había ferrocarrileros, trabajadores del banco, estudiantes. Me golpeaban mucho, la tortura también era psicológica. Sacaban gente y se oían tiros, todos temblaban. Nunca vi que regresaban.
Ahí vi a Nazar Haro, varias veces fue a entrevistarnos, casi siempre a la medianoche o en la madrugada. Llegaba con sombrero y gabardina blanca, nos ponía bajo una lámpara y nos preguntaba: ‘¿Qué andabas haciendo, eres estudiante, del Comité, conoces a los líderes?’. No me golpeó, me hice pasar como trabajador de Aurrerá, estaba muy asustado. Me tomaban fotos mientras me interrogaban, huellas digitales de todos los dedos de las manos. Me parecían eternos, con preguntas insistentes.
La vivencia fue muy fuerte, tengo secuelas, me hice un tipo tímido e introvertido. Incluso me perdí por un tiempo, usé drogas en una comuna hippy, era una manera de fugarme; intenté regresar a la escuela pero ya no pude; llegué hasta el quinto año de medicina en la UNAM. Luego fui a la ENAH a estudiar historia.
Trabajó como ayudante administrativo del gobernador de Zacatecas Arturo Romo. Ahora trabajo en la comunidad muy pobre de Concepción del Oro, en servicios de salud, ayudando a la gente.




"Un soldado avisó a mi familia"




José Manuel Monroy fue activista de la Facultad de Ciencias de la UNAM y hoy es consultor de informática:
Estaba en el primer año de la carrera de Física, en la Facultad de Ciencias, y ese día me tocó llevar a Tlatelolco a Oriana Falacci, con un profesor de la Facultad de Filosofía y Letras.
Estábamos en el balcón viendo hacia la plaza cuando comenzaron los disparos. La verdad, no me di cuenta de dónde venían los tiros, pero sí recuerdo haber visto que los soldados avanzaban hacia la plaza. Quise salir, pero la escalera ya estaba tomada por el Batallón Olimpia.
Estuvimos tirados un buen rato en el piso, había muchos heridos. Aquello se estaba inundando. Pecho a tierra, me bajaron al segundo piso y me metieron a un departamento con otros. Me quitaron la ropa y me golpearon en el estómago varias veces.
Serían como las 11 de la noche cuando nos sacaron del departamento y nos bajaron. Yo iba descalzo, en calzones. Me subieron al camión militar, de los cabellos; el piso estaba lleno de vidrios. En el camino los soldados nos daban culatazos y nos fueron amenazando.
En el Campo Militar Número Uno estuve 15 días, en una celda aislada. Mi familia se enteró de que estaba ahí porque un soldado les avisó. Del campo militar me sacaron en la última camada con Gilberto Guevara Niebla y me llevaron a Lecumberri, donde estuve en las crujías H y C. De ahí salí el 24 de diciembre de 1968, con la primera camada de liberados, y regresé a terminar la carrera a la Universidad.


"No sé si quedé fichado"
Jesús Gutiérrez Lugo fue activista de la ESIME y ahora ejerce la ingeniería:
"Cursaba el primer año de la carrera. No era miembro de la dirigencia, porque nuestro representante en el CNH era Felix Hernández Gamundi. Más bien era miembro de base del movimiento.
"El 2 de octubre llegué como a las cuatro y media de la tarde con un amigo y compañero de carrera, Marco Antonio Santillán. Subimos al tercer piso por curiosidad, queríamos ver a los oradores.
"Cuando empezó la balacera subimos al cuarto piso y luego tratamos de bajar. Ya no pudimos. Todo pasó muy rápido. Nos apresó un agente de guante blanco y nos metieron a un departamento con unas 30 personas más. Estábamos tirados en el suelo y las balas entraban por las ventanas. Horas después nos sacaron los agentes del guante blanco. Recuerdo que escurría agua color marrón de la escaleras, pero no vi muertos.
"Nos llevaron al Campo Militar Número Uno y nos detuvieron una semana. Al segundo o tercer día nos llevaron con alguien que parecía un agente del Ministerio Público, quien nos interrogó. Nos preguntaba de dónde habíamos sacado las armas. Nos sacaron fotos y nos tomaron las huellas digitales. No sé si quedé fichado, porque cuando pedí mi primer trabajo solicité una carta de antecedentes penales y no salió nada.
"Recuerdo que cuando nos sacaron, éramos como 300 o 400. Un general nos tiró un rollo sobre la defensa de la patria y luego nos dejaron ir".

Movimiento del 68






















ANTECEDENTES DEL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL DEL 68







El 22 de julio se registró una pelea entre estudiantes de la Vocacional 2 y de la preparatoria particular Isaac Ochoterena, en la Ciudadela. Al día siguiente, en represalia, los estudiantes de preparatoria apedrearon la Vocacional 2. En este enfrentamiento se ponía de manifiesto la antigua rivalidad que existe entre las vocacionales, pertenecientes al Instituto Politécnico Nacional (IPN), y las preparatorias incorporadas a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El 26 de julio una manifestación de estudiantes que conmemoraba la Revolución Cubana , se encontró con otra organizada por la Federación Nacional de Estudiantes Técnicos (FNET), que protestaban por la intervención policíaca durante la pelea entre alumnos de la Vocacional 2 y los estudiantes de preparatoria. La manifestación fue reprimida duramente por la policía.
El 27 de julio, los estudiantes tomaron las preparatorias 1, 2 y 3 de la UNAM, como una manifestación de protesta ante los enfrentamientos ocurridos entre granaderos y estudiantes.
El 29 de julio la policía y el ejército rodearon planteles escolares de la Preparatoria Nacional y del IPN, sobre todo en el centro de la ciudad. Con un disparo de bazooka fue destruída una puerta colonial de la Preparatoria 1 (San Ildefonso), muchos estudiantes resultaron heridos y hubo muchos detenidos. Varios planteles de la Escuela Nacional Preparatoria fueron tomados por las fuerzas públicas.

El 30 de julio, en la Ciudad Universitaria, el rector Barros Sierra izó la bandera nacional a media asta y las transmisiones de Radio UNAM concluyeron temprano, en señal de luto por los hechos de los días anteriores. La policía abandonó las instalaciones de la Preparatoria 5.
El 1 de agosto el rector encabezó una manifestación que, desde CU, recorrió la avenida Insurgentes hasta Félix Cuevas, dobló por ésta hacia avenida Coyoacán y regresó por la avenida de la Universidad al punto de partida, concluyendo con un mensaje del ingeniero Barros Sierra. El presidente Gustavo Díaz Ordaz, en un discurso pronunciado en Guadalajara, ofreció su "mano tendida" a quien quisiera estrecharla. Al día siguiente fue creado el Consejo Nacional de Huelga (CNH), formado por estudiantes y maestros de la UNAM, el IPN, las escuelas normales, El Colegio de México, Chapingo, la universidad Iberoamericana, el colegio La Salle , y algunas universidades estatales.
Para el 4 de agosto, el movimiento estudiantil ya había elaborado un pliego petitorio que invalidaba el de la Federación Nacional de Estudiantes Técnicos (FNET), y contenía los siguientes puntos:

Libertad a los presos políticos
Derogación de los artículos 145 y 145 bis del Código Penal Federal. (Instituían el delito de disolución social y sirvieron de instrumento jurídico para la agresión sufrida por los estudiantes)
Desaparición del Cuerpo de Granaderos
Destitución de los jefes policíacos
Indemnización a los familiares de todos los muertos y heridos desde el inicio del conflicto
Deslindamiento de responsabilidades de los funcionarios culpables de los hechos sangrientos.





El 13 de agosto, se realizó una gran manifestación -de alrededor de 150,000 participantes- al Zócalo, que partió del Museo Nacional de Antropología. Se sumaron al movimiento estudiantes del Conservatorio Nacional y de la Normal Superior. El CNH declaró que la FNET no representaba al estudiantado.
El 22 de agosto el gobierno declaró que tenía la mejor voluntad de dialogar con representantes estudiantiles. Profesores y estudiantes respondieron afirmativamente, siempre y cuando el diálogo se realizara en presencia de la prensa, la radio y la televisión.
El 27 de agosto salió una manifestación de alrededor de 300,000 participantes, desde el Museo de Antropología hasta el Zócalo, donde los estudiantes permanecieron en la plaza e izaron una bandera rojinegra a media asta. En la madrugada, quienes permanecieron allí fueron desalojados por el ejército. Al día siguiente hubo un acto de desagravio a la bandera nacional, al que asistieron trabajadores al servicio del Estado. Nuevo enfrentamiento con fuerzas públicas; comandos del ejército se apostaron en las cercanías de la Ciudad Universitaria y de Zacatenco.
El 1 de septiembre, el presidente rindió su cuarto informe de gobierno.
El día 7 de septiembre se celebró un mitin en Tlatelolco.
9 de septiembre: Javier Barros Sierra, rector de la UNAM, declaró: "nuestras demandas institucionales han quedado satisfechas"
El 13 de septiembre tiene lugar la "marcha del silencio", una manifestación de más de 250,000 personas, en donde todos iban en silencio para evitar que la policía pusiera como pretexto la provocación por parte de los estudiantes.
El 18 de septiembre el ejército ocupó la Ciudad Universitaria; hubo detenidos. Cabe señalar que las actividades de investigación y administrativas no habían entrado a la huelga, así como algunas de difusión cultural. Sólo la actividad docente permanecía interrumpida.
El 19 de septiembre, el rector protestó por la ocupación militar y encabezó una manifestación, la primera en la que la rectoría de la UNAM apoyó explícitamente al movimiento, la ocupación duró 12 días. La Cámara de Diputados, en voz de su líder Luís Farías, atacó al rector Barros Sierra, quien presentó su renuncia, sin que le fuera aceptada. La Junta de Gobierno le pidió expresamente que permaneciera al frente de la Universidad Nacional Autónoma de México.
El 23 de septiembre se enfrentan las fuerzas del gobierno y los estudiantes en el Casco de Santo Tomas, campus principal del IPN.
El día 27 de septiembre se realiza un mitin en la Plaza de las Tres Culturas, ahí se invita a otro mitin que se llevará a cabo el 2 de octubre, en ese mismo lugar a las cinco de la tarde.
El 1 de octubre se reanudaron las labores de investigación, administración y, parcialmente, las de difusión cultural en la UNAM. El CNH decidió mantener la huelga escolar.

La tarde del 2 de octubre de 1968, cuando la ciudad guardaba silencio, miles de estudiantes salieron a la calle a protestar contra el autoritarismo gubernamental, que se hacía presente en persecuciones, secuestros, torturas y asesinatos contra quienes mostraban públicamente su rechazo.






































MOVIMIENTO DEL 68






















El movimiento estudiantil de 1968 conmovió profundamente a la sociedad mexicana. Puso en evidencia prácticas gubernamentales antidemocráticas, contrarias al espíritu y la letra de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. La decisión de amplios sectores de la población representados por los estudiantes reclamaba la vigencia efectiva de las libertades democráticas y su voluntad de reivindicarlas.






La lucha estudiantil cuestionó al principal soporte del sistema político mexicano, el presidencialismo autoritario, abriendo paso a un prolongado y profundo proceso de reforma política desde esos días hasta la actualidad. Por ello, también obligó al Estado a dar un fuerte impulso al desarrollo de las instituciones de educación superior.
El movimiento estudiantil generó una importante corriente de reflexión crítica sobre la realidad nacional que motivó al Estado a hacerse una seria autocrítica para desembocar en procesos de apertura, rectificación y reformas políticas que fueron transformando paulatinamente la vida mexicana





La bibliografía sobre el movimiento estudiantil de 1968 es muy amplia. Se ha reconocido su trascendencia en la vida política, social y cultural del país. Sin embargo, y habida cuenta de su vigor, su pluralidad y su proyección hacia el futuro, hace falta considerar en su complejidad y dinamismo el pensamiento de la generación protagonista del 68, y que en aquel año, apenas tuvo una expresión larvada e incipiente.


Pocos sucesos en la historia del país, han generado tanta polémica como los ocurridos el 2 de octubre de 1968 en la "Plaza de las tres culturas" de la Ciudad de México. A 40 años de lo ocurrido, algunas incógnitas aún persisten.


Los acontecimientos del 2 de octubre no han podido ser explicados clara y verazmente. El gobierno permaneció en silencio ante un hecho que dejó un número indeterminado de muertos y heridos, y que fracturó gravemente la confianza en los derechos de libre expresión y agrupación de estudiantes y trabajadores.
Algunas visiones conceden crédito a la versión de que lo ocurrido aquella tarde fue consecuencia de un "caos organizado"; la pregunta sigue siendo ¿organizada por quién? ¿Desde dónde? Otros permanecen francamente indignados y han insistido en incluir el episodio en los libros de texto como un acontecimiento de la Historia Nacional.
Un aspecto innegable es que el movimiento del 68 en México comenzó a aglutinar fuerzas sociales muy diversas; algunos sectores populares y de la clase media se sumaron a la protesta estudiantil, en busca de un medio de expresión para sus propias inconformidades.
La experiencia francesa, de unos meses atrás hubiera sido por sí sola causa suficiente para que cualquier gobierno se preocupara en extremo y tratara de controlar la efervescencia. En el caso de México se vivía además una presión extraordinaria, porque el país estaba comprometido como sede de los Juegos Olímpicos. Era sumamente importante sostener una imagen de estabilidad en el medio internacional; y por el contrario, una suerte de ingobernabilidad se vislumbraba en las calles de la capital.
En un intento por retomar los hechos históricos desde las distintas posturas que han generado, se presentan varios testimonios. En primer lugar están las voces de los protagonistas estudiantes e intelectuales que vivieron el periodo. También se cuenta con las declaraciones del gobierno y de los mandos militares que tuvieron que responder ante la situación.
Por otra parte está la voz de los periodistas: Las crónicas publicadas el 3 de octubre, y durante los días posteriores en los principales periódicos del país trataron de revelar lo ocurrido aquella tarde.
En 1998, al conmemorarse treinta años de Tlatelolco la sociedad mexicana se volcó en gran cantidad de eventos, publicaciones y disertaciones en torno al 68. A la fecha continúan apareciendo notas periodísticas sobre el asunto.

La conciencia de la juventud se revolucionó en esa época respondiendo al fuerte trastrocamiento de valores que se estaba generalizando en el mundo.

El 2 de octubre, como se ha dicho a lo largo de tantos años, no se olvida en la sociedad mexicana. Para algunos nacieron allí los ideales de la democracia, mientras que otros los consideraron casi sepultados.